La cábala habitada
He recibido un mensaje electrónico de Enrique Villagrasa donde acusa recibo de ciertas novedades de Libros del Innombrable. Así mismo afirma que ha leído un prólogo, firmado por quien esto escribe, destinado a un volumen sobre libros malditos. Supongo que se refiere al que Iván Humanes me pidió, con amabilidad y un ranúnculo, hace unos meses. Además Enrique me asegura que no ha terminado la lectura de Presencia viva de la Cábala, aunque me confirma que continuará con el libro hasta el final. ¿Hasta el final del libro o de los tiempos?
EL pasado viernes con hermosura y fluidez presentamos en Zaragoza el citado libro, escrito por Federico González y Mireia Valls. La autora recordó a Federico, ausente por la distancia inseparable que nos separa, para luego efectuar una brillante interpretación y desmembramiento del volumen. Repetiremos la experiencia este viernes en la Casa del libro de Barcelona. Precisamente a este evento ha confirmado su asistencia también Iván Humanes, autor, junto a Salvador Alario, del también más arriba referido ensayo sobre libros malditos.
Por cierto, en Sholem leí hace unos días que ciertos cabalistas sostenían que el nombre de Dios se correspondía con todas las letras de la Torá. Aunque Scholem reflexiona sobre el nombre de Dios sólo desde el aspecto hebreo, algunas de sus disquisiciones me recuerdan a Proclo, a Dionisio Areopagita y, también, como se encargó de demostrarlo ampliamente Josep Soler en su prólogo a Los nombres divinos de Areopagita, al Maestro Eckhart.
“El nombre de Dios es el nombre esencial que es el origen de todo lenguaje”, repaso. El cabalista Abraham Abulafia otorgaba, siempre según Scholem, una preponderancia capital al lenguaje como medio para “habitar” en Dios.
Pienso en mi amiga Alicia Silvestre y en lo mucho que disfrutaría, por su permanente enamoramiento del lenguaje, con estas disquisiciones. Ella habita en los verbos y, por tanto, participa activamente, a diario, de la carne hecha verbo. Ahora traduce un libro de Giordano Bruno, que dentro de unos meses se avistará en Libros del Innombrable.
Ella también asistió a la presentación de Presencia viva de la Cábala. Durante mi breve intervención insistí en Sefarad, es decir, en la comunidad judía que habitó en España durante la edad media hasta su expulsión. Por diversos motivos en ciertos ambientes se pretende ocultar su inmensa contribución a la poesía española, por no hablar de su influencia sobre místicos cristianos. En mi opinión Ramon Llull no fue ajeno a las enseñanzas cabalísticas, como Abulafia probablemente no lo fuera a las de ciertos cristianos inspirados a su vez por los neoplatónicos, quizá derivados por la corriente alterna que suponía Dionisio Areopagita.
Cuando giro el cuello contemplo la presencia de espectros. Son dulces, maléficos y lejanos en la proximidad, son los libros de mi estantería que respiran jaleados por mi escritura.
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