¿Se encuentra próxima la beatificación de Rascayú?
Creo que fue en la novela Solo de trompeta de Antonio Fernández Molina donde me reencontré con esta magnífica canción de Bonet de San Pedro. En algún momento de la historia uno de los personajes, quizá el propio enano Aquilino, con total impunidad entona esta bella melodía. La letra de la tonada evoca y parodia los poemas de muertos y negritud de la poesía romántica, al estilo de La desesperación, atribuido al sacrosanto Espronceda (¡virgen y martir de una sociedad tan carcamal como la construida sobre las espinosas espaldas de Fernando VII).
De niño, en un extravagante aparato al que se conocía como pick-up, picú en el argot familiar, que no picó, ya destrocé a golpe de aguja el pequeño vinilo que contenía la canción. Recuerdo el estremecimiento que sentía cuando situaba en los surcos esa aguja inquieta e inverosímil capaz de rascar la pegadiza melodía. La diversión alcanzaba el máximo nivel cuando, antes del final de la canción, antes de que sonara una risa desencajada y dramática, con auténtico impudor un servidor elevaba el volumen del aparato hasta el máximo para disfrute de familiares y vecinos.
Al parecer al pobre Bonet de San Pedro, por aquel entonces acompañado por los de la palma, le prohibieron la canción en 1940 porque los censores pensaron que Rascayú era una referencia velada al generalísimo. Algo sorprendente. Por lo visto, la canción permaneció en ese estado bastantes años (30 según algunas fuentes) lo que, según parece, no impidió que se hicieran algunas versiones de la misma (como la inevitable de la maravillosa Orquesta Topolino) y que la popularidad de la pieza la hiciera viajar de boca en boca.
Bonet de San Pedro compuso muchas canciones, boleros y pasodobles. Me alegra leer que, a pesar del tropiezo, se ganó la vida y que muchas de sus composiciones fueron un éxito. La simpatía obliga.
En cualquier caso, no deja de resultar un elemento de la peculiaridad hispánica que, un año después de finalizada la contienda de la guerra civil, en el país comenzara a sonar en la radio este estribillo: Rascayú, ¿cuándo mueras que harás tú? Tú serás un cadáver nada más. Rascayú, ¿cuándo mueras que harás tú?
No comprendo porque no incluyen estos versos entre los mil mejores poemas de la lengua castellana. Total, en las antologías recientes de poetas rabiosos, o de rabiosa actualidad, nos encontramos con versos infinitamente peores que los de Bonet de San Pedro.
2 comentarios
Raúl Herrero -
veronica -
Que te vaya bien por Barcelona y Tudela.
Un beso de tu compañera de feria (ya se ha terminao bien bien bien jajaja)