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Raúl Herrero

El estudiante (Grandes falacias de hoy, II)

El estudiante (Grandes falacias de hoy, II)

Otras generaciones hubo que combatieron en las trincheras, que fueron solapadas por el pernil de la autoridad, o que se enfrentaron a mil y una incomodidades y obstáculos de todo pelaje, o que, simplemente, decidieron poner flores en el cañón de los fusiles (como ocurrió en los años 60 del siglo pasado). El descontrolado uso de las drogas y la adulteración de las mismas terminaron con esas ínfulas que generaciones de otros tiempos pergeñaron. Posteriormente la creación de un ideal  al que se denominó “éxito” y la necesidad de “aceptación social” se ocuparon de amaestrar a los ciudadanos del bienestar. Pero por si todo eso no fuera suficiente la falsa idea de progreso utilizó el siguiente eslogan: “Fórmese usted (y confórmese) y le aseguramos un porvenir brillante (diamantino y acrisolado)”.

Sin que siempre se diga abiertamente se hizo creer a una generación (o ya a varias generaciones) que la formación les haría libres. Para algunos esa prebenda incluía la aceptación de los desatinos del sistema. De este modo se crearon universidades privadas que, gracias a sus contactos, prometieron que de entre sus fieles todos saldrían “colocados” (es decir con un puesto de trabajo, no me malinterpreten).  Y alguien se hizo rico. Luego, por esas cuestiones de la competitividad, una mente privilegiada esputó: “Es preciso complementar la formación con la especialización en ciertas materias”. Y surgieron los másteres, así los primeros de esa generación tuvieron un lugar donde trabajar y alguien ganó unos dineros”.

Si tienes la osadía de seguir leyendo el artículo  puedes hacerlo en el siguiente enlace de mi "otro blog" de la revista Generación.net:

http://raulherrero.blogs.generacion.net/el-estudiante-grandes-falacias-de-hoy-ii

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