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Raúl Herrero

Criaturas extraordinarias y mixtificadores sucesos

Criaturas extraordinarias y mixtificadores sucesos

 (En la foto superior integrantes de “La Criatura”. Compañía de teatro fundada por Miguel Belmonte de Barcelona, España, Karina Casiano de San Juan, Puerto Rico y Jorge Dieppa de Caguas, Puerto Rico.)

Me tropecé con José Fernández Arroyo en la planta tercera de la Casa del Libro de Madrid. Él curioseaba un delgado libro. Al parecer el volumen, con varias ediciones en el mercado, relataba con estilo ameno, a la par que elegante, fórmulas para que la suerte descienda de su guindo y se derrame sobre el afortunado hierofante-lector. Desde mi salida de Zaragoza, en torno a las 14:00 horas, por fin llegaba a Madrid a las 19:45. Al poco vi a Antonio Bayona que se desplazaba por el pasillo de la librería. Me comentó que Edelgard de Arroyo, lo había leído casi de un tirón y lo llevaba a buen recaudo para que su autor se lo firmara.

Luis Alberto de Cuenca se acercó puntual y simpático, o simpático y puntual, o ambas cosas al tiempo. Tras unos minutos de cortesía tomamos nuestras sillas y el micro para iniciar el ritual de presentación del volumen Edelgard. Diario de un sueño.

Como ya dijera Luis Alberto de Cuenca en su epílogo, que antes fue artículo de prensa:

 “Edelgard es una joven alemana de Stettin que, brutalmente desalojada de su hogar por las tropas de liberación ruso-polacas al fýnalizar la Segunda Guerra Mundial (1945), consigue finalmente refugiarse en Flensburg (Schleswig-Holstein) en compañía de su padre y de su hermana Sigrid. Edelgard es también, a juzgar por las maravillosas e inolvidables cartas que dirige durante más de un lustro al autor de Diario de un sueño, la personificación más delicada, tierna y exquisita de Ewigweiblich o «eterno femenino» que me he echado a mis ojos de lector compulsivo en los últimos años (por lo menos). Sólo si pienso en la dulcísima Margarita del Fausto goetheano o en la deslumbrante Inés de Santorcaz que Galdós nos regala en la primera serie de sus Episodios Nacionales, se me dibujan en la mente perfiles arquetípicos comparables al que representa Edelgard. Su fiel corresponsal entre 1948 y 1953 fue un jovencito manchego que, a caballo entre su Manzanares natal, la Ceuta de su «mili» y el Madrid de sus primeras experiencias artísticas y literarias, nos cuenta con maestría y sencillez su vida de entonces, indeleblemente marcada por las cartas de su amiga alemana. Ese joven creció, y ahora, más de medio siglo después, ha tenido la bondad de enviarme su diario de aquellos años, en el que brilla con luz propia, bajo el manto protector de Edelgard, una prosa castellana extraordinariamente eficaz.” 

Quedóse Arroyo algo perturbado y emocionado por las palabras certeras del poeta Luis Alberto, quien aseguró que Edelgard pasará a los manuales literarios como obra destaca de su generación. Este diario posee dos continuaciones que se alargan en el tiempo hasta el presente. Arroyo parecía muy preocupado por su publicación, con denodada persistencia recalcó el interés que le suscitaba su rápida edición. Sin duda me tomó por un “hacedor” de tormentas y de vida.

Por Edelgard se asoman también muchos poetas de la generación de posguerra. Los admirables postistas de primera, segunda y reagrupada generación. Arroyo nos cuenta en el diario Edelgard que coincidió con mi admirado poeta Félix Casanova de Ayala durante la mili en Melilla. No faltan en este libro, en cuerpo y alma, dos de mis predilectos escritores: Antonio Fernández Molina y Fernando Arrabal, ambos jovencísimos, ambos entusiastas de la poesía y del teatro, ambos tan cercanos que casi resultan palpables sobre las páginas.

De vuelta en Zaragoza me encontré con la presentación del libro Zaragoza de José Luis Cano, publicado por los amigos de la editorial Media Vaca. Nos gustaría celebrar  y homenajear al poeta y pintor Antonio Fernández Molina con alguna suerte de acto. Media Vaca reeditó no hace mucho su libro de relatos En Cejunta y Gamud y Libros del Innombrable pronto publicará una Antología de poesía mística española que el poeta preparó desde el año 2003 hasta casi sus últimos días.Pasé junto a los caballos del Museo Pablo Serrano y recordé mi primera visita a este lugar acompañado por Pilar, mi profesora de francés de mis 13 ó 14 años, no recuerdo bien. Entonces sobre todo me impresionó El Profeta y La cabeza de fauno, de la que compré una postal que todavía conservo.Las sombras de los caballos y los caballistas que guardan el museo me recordaron cuando paseé junto a las miradas de esas estatuas acompañado por Antonio Fernández Molina. Me comentó algunas apreciaciones sobre las obras que tal vez relate en otra ocasión.

De vuelta en mi casa leo en el místico medieval Eckhart: “Es preciso morir hasta el fondo, para que ni el amor ni el sufrimiento nos afecten.”

Luis Alberto de Cuenca se refirió al azar y al caos en su presentación Y me pregunto si ambos "son" realmente, si no será la vida una broma de la divinidad.

2 comentarios

Raúl -

En primer lugar gracias por visitar mi blog. No conozco personalmente a Miguel Belmonte. He colgado esa foto porque creo que la compañía hace un buen trabajo y porque me gustaba la imagen.
Lamento no poderte ofrecer más datos.

vanessa -

hola. he visto que tienes una foto de la compañia de miguel belmonte. soy amiga suya y estoy intentando localizarlo. si sabes algun mail donde pueda escribirle me encantaria tenerlo.estudiamos juntos en italia hace 9 años.
garcias por todo, un saludo