Tevie el lechero, o de una literatura ejemplar
(En la imagen superior Joseph Cherniavsky and His Yiddish-American Jazz Band en los años veinte.)
En 1978 recibió el premio Nobel Isaac Bashevis Singer (1904-1991) autor en lengua Yiddish. Según refiere Francisco Rodríguez Criado en su artículo El mundo perdido de Isaac Bashevis Singer: "La crítica dice de él que es el autor en yiddish más famoso del mundo”. Francisco Rodríguez también nos informa que adquirió los libros de Bashevis, incluida la novela La casa de Jampol, en una librería de viejo. En la portada de la novela citada leyó la siguiente “confesión de Henry Miller: ‘Si tuviese hoy que volver a empezar a escribir, tomaría como modelo a Singer’”.
(Ver: http://www.telefonica.net/web2/rodriguezcriado/bashevis.htm).
A los enormes abismos y ausencias que se agolpan en los títulos que se publican en castellano cada año sumaremos, por tanto, a este escritor. Y es que el negocio suele encontrarse reñido con la cultura, sobre todo, si para su realización se precisa de un esfuerzo próximo al de los los titanes, que, por otra parte, como todos ya sabemos, fueron derrotados por los dioses en tiempos inmemoriales, al menos según la mitología griega y, si entendemos a estos titanes como gigantes, también según el génesis o bereshit. A pesar de todo todavía, por lo que yo sé, puede encontrarse de Bashevis Singer un bello libro de cuentos para niños, Cuentos judíos, publicado por Anaya en 1989.
La lengua yiddish aparece en el siglo XII, en otras fuentes figura el siglo X, en traducciones de poemas de gentile, y se supone que surge en Alemania cuando se establecen emigrantes judíos que mezclan el idioma del lugar con el hebreo y el arameo. A estas comunidades se las identifica con el nombre de askenazies, para distinguirlas de los judíos sefardíes, que procedían de España y de zonas mediterráneas. Sin embargo, el yiddish también evolucionó en poblaciones que se encontraban próximas al báltico. Esta situación terminó derivando en dos corrientes dentro del idioma: la occidental y la que se terminó por imponer, la oriental, en cuya lengua se encuentran influencias, además del alemán, el arameo y el hebreo, del ruso, ucraniano, eslavo, polaco, etc.
Las corrientes hebreas como la haskalah (ilustración) o el jasidismo, que pretendían, en el primer caso, la integración, o asimilación, completa del pueblo judío con la sociedad gentil, o en el otro caso, el acercamiento de los judíos menos formados al fervor religioso y místico, sin necesidad de conocer en profundidad el hebreo o el arameo, impulsaron la lengua yiddish. En el siglo XIX, en un intento de aproximar a todos los judíos a los más complejos fundamentos de la religión hebraica, Jacob ben Isaac Ashkenazi reelaboró en yiddish varias historias del pentateuco.
Los años de finales del XIX y principios del XX se suelen referenciar como la edad de oro de esta lengua. En las comunidades judías del este de Europa se escribe toda una literatura yiddish, se publican periódicos y se convive en torno a este idioma, dejando al hebreo o al arameo, en el mejor de los casos, sólo para los actos solemnes y la liturgia. Los tres autores más destacados en prosa de esta época son: Mendele Mokher Sefarim, Shólem Aléijem e Isaac Leib Peretz. En sus obras suele describirse a las comunidades judías de su tiempo y la pervivencia de sus tradiciones en un mundo hostil. El primero de ellos, Mendele, que vivió en la rusia zarista, tradujo posteriormente toda su obra al hebreo.
La literatura yiddish, a pesar de los infrecuentes traducciones que pueden encontrarse en castellano, se nos muestra como una de las más valiosas de las producidas a finales del siglo XIX y principios del XX. Tanto por sus estructuras y personajes repletos de anti-héroes, como por la sutileza de sus narraciones y también, conviene no olvidarlo, por el humor hilado e inteligente que, en ocasiones, retrata mejor la crudeza de los padecimientos que, por ejemplo, el estilo aplastante y plomizo que se pretende apegado a lo cotidiano del “realismo socialista”.
También en los Estados Unidos surgieron interesantes autores en yiddish como Leivick Halplern y Joseph Opatoshu. Igualmente en este país se instalaron autores y actores teatrales expulsados de Rusia en 1883, y formaron el Teatro de Arte Yiddish de Nueva York. En la actualidad perviven escritores que han decidido expresare en este idioma, además del premio Nobel ya referido. Prueba de ellos es que en 1978 nació el periódico en yiddish New generation. En esta nueva literatura el tema deh olocausto aparece con frecuencia, no considero necesario recordar el genocidio masivo que sufrieron los judíos, con especial ensañamiento en el este de Europa, en los países que el III Reich se iba anexionando durante la segunda guerra mundial. No pasaremos por alto el intererés de las canciones populares y las obras musicales que se crearon en esta lengua, de las que podemos encontrar ejemplos tanto en grabaciones de principios del siglo XX como en otras recientes que recrean el estilo y el espíritu de esa época previa a la segunda guerra mundial.
Quizá la obra más popular escrita en yiddish sea la muy recomendable Tevie el lechero de Schólem Aléijem, seudónimo de Shólem Ravinoviz. Nacido en rusia en 1859 y muerto en Nueva York en 1916. A partir de 1888 se ocupó de la dirección del más importante periódico de la época en yiddish: Di yiddische Kolksbibliothek. A través del entrañable personaje Tevie el autor nos relata las desventuras, reflexiones y conversaciones "mano a mano" con Dios de un padre de familia, lechero, con siete hijas en una aldea de Ucrania, en la inospita, para los judíos, rusia zarista. Aunque su autor destacó como cuentista con un sutil sentido del humor, su obra supera el momento histórico y nos aporta como legado universal la disposición y el juicio de Tevie ante los constantes infortunios.
En 1964 este libro se convirtió, sobre las tablas de Broadway, en el musical El violinista sobre el tejado, en una adaptación escrita por Joseph Stein, con música de Jerry Bock y Sheldon Harnick.
En el año 1971 se estrenó la película del mismo título con el actor Topol en el inolvidable papel principal.
Sin embargo, este lechero, mayestático, iniciado y hermoso, sólo es una ventana a la literatura yiddish. ¿Alguien traducirá y publicará en castellano esta riqueza?
A mis lectores, les indico la siguiente página
( http://mangasverdes.es/2007/11/27/los-beatles-en-yiddish/ ) donde me encuentro, por azar y fortuna, una versión de la canción de The Beatles A hard day’s night en yiddish.
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