Soneto de Antonio Fernández Molina
Los enanos caminan por la acera,
tienen la dentadura cual su hermano.
El pan de su cabeza es un piano
sin patas, sin troquel, sin tapadera.
Era en tiempos la vida como era
y es cual barbecho. Canta cada enano
con un bizcocho entre la diestra mano
y el corazón de carne y no madera.
Escupen hacia el árbol del paseo
y hacia el escaparate del modista
como a quien eso ni le importa un pito.
Los enanos se suben al trineo,
enfilan muy veloces por la pista
y me arrojan al rostro un huevo frito.
(Del libro Sonetos crudos, editorial Heliodoro, Madrid, 1985.)
1 comentario
musa rella -
Yo me apunto a esa libertad.
(excelente música)
saludos