ADIOS A GREGOIRE, EL CHIMPANCÉ MÁS VIEJO DE ÁFRICA
[Gregoire en la fotografía superior]
FALLECE GREGOIRE, EL CHIMPANCÉ MÁS VIEJO DE ÁFRICA
Desde el Instituto Jane Goodall anunciamos con gran pesar el fallecimiento de Gregoire, el chimpancé más viejo de África, que con aproximadamente 66 años, murió pacíficamente mientras dormía el pasado día 18 de este mes en el centro de recuperación de Tchimpounga, junto a La Vielle, su compañera durante mucho tiempo.
Gregoire había vivido en el santuario de la República del Congo durante los últimos 11 años. Antes de su rescate por la primatóloga Jane Goodall, Gregoire sobrevivió a más de 40 años de confinamiento solitario en una pequeña jaula en el zoo de Brazzaville y a una evacuación por aire durante una de las guerras civiles.
Gregoire ya era una personalidad nacional, aunque en un estado desolador, cuando la Dra Goodall lo encontró por primera vez en 1990. Como explicó más tarde, “Miraba a este ser extraño, solo en su jaula deprimente con suelo de cemento. Su piel pálida, casi sin pelo se estiraba sobre su cuerpo consumido de forma que cada uno de sus huesos era visible. Sus ojos estaban apagados cuando alargaba su mano escuálida hacia un pedazo de comida. ¿Era ésto realmente un chimpancé?”
Sobre la muerte de Gregoire, Ferran Guallar, presidente del Instituto en España declaró: “Si la salvación del chimpancé como especie en libertad es nuestro objetivo y un símbolo de la salvación de todos los ecosistemas en el planeta, y por consiguiente de nuestra propia especie, Gregoire ha sido para nosotros un símbolo de todas las malas prácticas humanas que afectan al resto de seres vivos, no solo como especie, sino individualmente: la destrucción de sus hábitats, las matanzas masivas, las mascotas ilegales, el confinamiento en condiciones terribles, la experimentación absurda, las granjas intensivas, el uso de sus pieles, etc, etc. Y un símbolo de la tenacidad de la naturaleza por seguir adelante. De hecho cada uno de los chimpancés huérfanos simboliza todo eso, pero los que hemos tenido la suerte de conocer a Gregoire personalmente, sabemos que él era especial. Por su personalidad y por su historia. Era un tipo increíble.”
Gregoire había vivido en la jaula en el zoo de Brazzaville Zoo desde 1944. La Dra. Goodall consiguió que un cuidador le proporcionara más atención y una dieta más sana. Entonces, en 1996, Gregoire fue presentado a dos nuevos chimpancés: un joven macho huérfano y una hembra infantil. El espíritu tenaz que había mantenido vivo a Gregoire durante décadas de aislamiento estaba intacto. Empezó a jugar como un niño con los jóvenes chimpancés.
En 1997, la Guerra civil intermitente en el Congo empeoró. El zoo, a solo un kilómetro del aeropuerto, se convirtió en el centro de muchas batallas. Cada vez que explotaba un obús, Gregoire se escondía bajo su estantería de madera para dormir, arrancándose trozos de piel de su espalda.
El Instituto Jane Goodall, la Fundación John Aspinall y la Embajada Americana organizaron la evacuación de los chimpancés del zoo a Point Noire, y posteriormente fueron llevados al santuario de Tchimpounga.Gregoire tardó muchos días en recuperarse del trauma en Brazzaville y el transporte en helicoptero. Pero poco a poco se fue ajustando a su nuevo entorno. Vivía para jugar con sus jóvenes amigos. Tiempo más tarde, los jóvenes crecieron y se volvieron demasiado fuertes para el viejo Gregoire, y se le trasladó a un área del santuario con La Vielle, una hembra adulta muy tranquila rescatada del Zoo de Pointe Noire. Allí, tenía su jardín especial y ejercía de abuelo con los chimpancés infantiles.
Gregoire será enterrado en el Santuario de Tchimpounga, el hogar que le proporcionó refugio, cuidadores atentos y la posibilidad de ser feliz en la última década de su vida. Gregoire será muy recordado y echado de menos por todos, chimpancés y humanos.El Instituto Jane Goodall trabaja activamente en África para combatir las causas de los problemas que diezman las poblaciones de chimpancés, a través de la concienciación y educación de la sociedad civil, el desarrollo sostenible de las comunidades locales (construcción de escuelas, pozos de agua, talleres de planificación familiar, actividades económicas alternativas), programas de conservación de los ecosistemas (reforestación y regeneración de bosques, reintroducción de especies…), y talleres para los agentes gubernamentales encargados de hacer cumplir la ley. Al mismo tiempo, el IJG trabaja para paliar las consecuencias de la caza y el tráfico, atendiendo las necesidades de los chimpancés rescatados a través del equipo de más de 40 trabajadores dirigidos por la veterinaria española Rebeca Atencia, Directora de Tchimpounga.
Esta noticia la he tomado de la página del Instituto Jane Goodall.
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