El hombre con rayos X en los ojos
Hace unos días en la Filmoteca de Zaragoza asistí a la sugestiva película El hombre con rayos X en los ojos (1963) de Roger Corman. A pesar de pertenecer a ese género al que suelen denominar como“serie B” posee unos innegables atractivos y, para postre, contiene algunos ingredientes que la convierten en divertida y, si la comparamos con la media de films americanos actuales, con dosis que invitan a cierta reflexión. Una de las enseñanzas de la película nos viene a decir que, si por algún azar del destino, alguien se traslada a Las Vegas con el propósito de en enriquecerse jugando en un casino valiéndose de trucos o facultades innatas o adquiridas, conviene no mencionar ese detalle mientras se cambia las fichas por el dinero en metálico. Y probablemente tampoco antes ni después, me atrevo a sugerir.
A pesar de sus méritos lo que me conmovió sobre todo fueron las infinitas posibilidades del título, de hecho me pasé el camino de casa al cine y toda la vuelta estableciendo modificaciones con las palabras del título.
En primer lugar se pueden lograr algunas divertidas frases cambiando simplemente “rayos X” por otra palabra o expresión. He aquí algunos ejemplos:
“El hombre con trescientos dedos en los ojos”
“El hombre con una bufanda y 2,50 en los ojos”
“El hombre con una ensaimada en los ojos”
“El hombre con trescientos kilos de amonal en los ojos”
“El hombre con un tenedor en los ojos”
“El hombre con unas rodilleras en los ojos”
Y ya, siendo algo vulgares, pero a la par elegantes:
“El hombre con hemorroides en los ojos”
El siguiente paso consiste en alterar el complemento “en los ojos” para lograr sugerentes y disparatados títulos como:
“El hombre con rayos X en las ingles”
“El hombre con un estornino en la axila”
“El hombre con una oreja en el muslo izquierdo”
“El hombre con un pez espada en el entrecejo”
“El hombre con la colada sucia en la boca”
Como remate final se puede añadir un tercer elemento mediante la siguiente fórmula “...y + sustantivo”. Otras muestras que valen por un botón:
“El hombre con rayos X en los ojos y una gallina”
“El hombre con un armario en la espalda y un catarro”
“El hombre con una circunvalación en la rotonda y un stop”
También se pueden introducir más elementos en esta segunda fase, es decir:
“El hombre con muslos de gallina en la fila del supermercado y un señor vestido de buzo”
“El hombre con un infarto de miocardio entre pecho y espalda y un hermoso sombrero de lana”
Este extraño empeño me recuerda a los juegos de Dalí, Lorca y Pepín Bello, entre otros, en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Y supongo que procederá de la relectura frenética de Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, a la que me he sometido durante los últimos días.
Aquí les dejo, por tanto, este pequeño juguete para que se entretengan durante los días de asueto.
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3 comentarios
raúl herrero -
Atentamente,
Raúl
soni -
Soni -